Monday, September 18, 2006

Límites




Todas las cosas que hacemos en nuestras vidas, ya las cotidianas, ya los proyectos a mediano y largo plazo, son las que hacen lo que somos nosotros; somos aquellas cosas que hacemos, la huella que dejamos, no así las cosas que decimos.

Es muy frecuente ver cómo las personas persisten en una y otra vez tener acciones o actitudes que contradicen rotundamente aquellos conceptos o posturas que exponen en sus discursos o que sostienen fervientemente como sus convicciones. Vemos una y otra vez al recto y justo aprovecharse de otro que no es tan lúcido para obtener un beneficio mayor. Vemos al cultista del cuerpo y la salud consumir sustancias inequívocamente dañinas para el organismo, vemos al político de derecha escribir con la izquierda y a la Iglesia fomentar la intolerancia y el odio.

Entonces, el recto no es tan recto, porque a pesar de tener un proyecto transparente y honesto, es capaz de aventajar a un “pelotudo”, justificándose con que si él no caga, lo cagan a él. Y el sano no es tan sano, porque comer verdura al horno al mediodía y hacer gimnasia por la tarde no vale una mierda cuando por la noche se clava tres fernés, una grapa, medio porro, quince cigarrillos rubios y tres, sin mencionar la cafiaspirina diluida en ellas, bebidas energizantes, no vaya a ser cosa que el sueño nos arruine la noche...

El error, la inconsistencia, ¿dónde está? ¿En la voluntad de la persona? ¿En el condicionamiento socio-cultural? ¿En la heladera? No, la equivocación reside en creer que una persona puede ser tan poco como un juego de convicciones o parámetros. Lo inadecuado es creer que puede existir una persona “recta”, “sana”, “buena”, “garca”, etc.

Las personas son eso, personas, con sus mambos, rayes, idas y venidas. Van y vienen a tientas por el mundo, con ojos vendados, sin saber qué les pasa por dentro, sin tener en claro qué quieren, ni qué buscan, ni qué les gusta, ni en qué creen, ni qué golosina prefieren. Hasta la persona más segura de sí misma puede un día levantarse con un antojo contrario a sus hábitos. Y por lo general es esta gente la más triste, porque lo más probable es que ignore o rechace su nuevo deseo porque sus parámetros dicen que no es correcto/adecuado/etc. Una persona con menos autocensura probablemente cuente con un rango más rico de experiencias del cual aprender y posteriormente compartir.

Siendo así, tan volátiles como somos los humanos, ¿existe una manera de conocer a álguien? ¿Hay forma de llegar a comprender un poco a otra persona y poder relacionarse genuinamente con ella? La pregunta que hay que hacerse es si es posible conocerse a uno mismo. ¿Cómo vamos a tener una idea de quiénes somos si ni siquiera somos capaces de tener en claro qué queremos?

Relajémonos... lo que somos está ahí nomás, justo frente a nosotros... y el único límite que hay entre uno y sí mismo es lo que uno cree que uno es...



Y si te mezclaste con eso último que puse... releelo... o jodete ajajjaja

6 Comments:

Anonymous Anonymous piensa que...

Me quedo más tranquila al leerte.
Estos últimos días pensaba que soy la persona más contradictoria del mundo. Que no sé exactamente lo que quiero o lo que me gusta.
Pero tenés razón, somos seres humanos, volátiles.
No somos Sims!!!

Nos debemos una salida al barrio chino, no me olvido eh!
Ahora que empezé a laburar se complica, pero espero verte pronto :)

12:14 PM  
Blogger Udi piensa que...

Mira por donde, te encuentro en el blog de Una. vaya que es chico el mundo.
Abrazo.

8:41 PM  
Blogger María Petraccaro piensa que...

Pero claro! Si cuando me encuentro con alguien que dice tener todo claro, que sabe lo que quiere, lo único que me provoca es risa.
De lo único que estoy segura es de mis inseguridades y mis contradicciones, de mis cambios de humor y de gustos...
Seguro que es dificil bancarse a una persona así. Conocerla ni te cuento.
Pero no me podés negar que no es de lo más divertido!

5:43 PM  
Blogger Evan piensa que...

nanu: qué bueno que te sirvió para algo :p. Cuando quieras nos comemos unos platos chinos! Hay unos lugares buenísimos en el barrio.

udi: sí que es pequeño. Estamos en todos lados. n_n

Una q': y... justamente es lo que nos hace humanos esto de ser volátiles. Pero de todas formas, hay que hacer una distinción entre el que cree que sabe lo que quiere y el que se da cuenta que no. Al segundo grupo es al que yo llamo "el que sabe". Porque la posta ya la pasó Sócrates en su tiempo. Y en definitiva, sólo podemos llegar (racionalmente) a esa maravillosa conclusión. La conciencia de la humanidad real. A partir de eso, surgen nuevas formas de conocerse y estar seguro de las cosas... Y sí aparecen cosas de la que uno está totalmente seguro, pero no por convicción, sino de manera existencial, de manera total.

10:29 PM  
Blogger Ljn.- piensa que...

*






antes de empezar a escribirte
este post, debo confesar la
envidia que me da saber que
con nanu se van a ir al barrio
chino...guaxhos! shewuossssss
FIN.
Ahora si... bueno,sr,como siempre
es un placer enorme leerlo, con
sus verdades dolorosas, pero no
por eso menos ciertas. Me pusieron
el modem en casa, asiq en breve
estaremos comunicados via net.
un gran beso!!!




Lu.-







*

6:55 PM  
Blogger Maru piensa que...

me encanto lo que escribiste... muy cierto

8:24 PM  

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