Friday, December 01, 2006

Matemati-magia

El otro día leí una muy interesante nota que le hizo María Laura Santillán a Adrián Paenza en colación a la creciente popularidad que está tomando su úlitmo libro, el que recomiendo ampliamente. En la misma el renombrado periodista y matemático dice muchas cosas muy copadas sobre la forma en que hoy la gente malentiende la matemática, y cómo la forma en que la enseñan en los colegios dista demasiado de la verdadera significancia de la misma. Quiero rescatar un fragmento de la nota:

"En una charla de café uno (...) [no] encuentra alguien que conteste: "No tengo la menor idea".

Salvo que sea de matemáticas (risas). Eso sí. Es como un orgullo. Dicen: 'Yo no nací para eso'. Y yo tengo ganas de decir: 'No sabés lo que te perdés'.

Son difíciles las matemáticas.

Porque los chicos tienen que sentarse y escuchar a alguien que les dice: "Anotá". Y si no entienden le responden: "Más adelante vas a entender". Pero "más adelante" no llega nunca.

(...)

Yo no la puedo ayudar en nada a mi hija de 13 años.

Vos entendés la desesperación de ella porque te pasó a vos. A tus padres les pasó lo mismo. Es preferible que no hagan nada durante dos horas antes que hacer lo que hacen. Y encima siempre hay algún chico que sobresale. Ese es el que entiende, yo soy el que no puedo y pertenezco a la gran mayoría, por eso después le da orgullo decir que no entienden las matemáticas.

(...)

Si tuviera que tomar un examen, no pondría una restricción temporal. Le diría: 'Llevate la prueba a tu casa, hacela y traémela el lunes'. Un chico, como un adulto, no está todos los días preparado emocionalmente para cumplir. Algo funciona mal. Pasa en todas partes, y lo veo cuando viajo. La escuela primaria te transforma de analfabeto en alfabeto. Pero siete años para salir de analfabeto es demasiado. Tenemos que empezar a discutir. Porque la joya más importante que tenés, que es tu hija, se la entregás todas los días a un grupo de personas. Y vos querés que te la cuiden mejor que vos."


La matemática se enseña como un procedimiento, una herramienta, como algo que sólo sirve para obtener algún resultado que tiene algún tipo de utilidad; no como un lenguaje en el que se expresan relaciones entre elementos, con un significado frecuentemente bastante más profundo del que estamos acostumbrados a ver.

Es decir, las ecuaciones y fórmulas que componen la teoría de las supercuerdas no son un montón de operaciones ininteligibles, son un texto, un cuento que habla de un maravilloso comportamiento oculto en lo profundo de los ladrillitos que componen este universo; la única diferencia es el idioma en el que está escrito. Hay un documental genial que, sin hablar de matemática sino de música y sinfonías, explica la versión actual de los físicos de la estructura del Universo.

Y hablando de música... toda la teoría musical, que no es una cosa que dice cómo debe ser la música, sino una comprension de alguna manera formal de lo etéreo que tiene la música tiene un fundamento matemático muy profundo; la correspondencia de los valores de frecuencia de las notas octava a octava, los intervalos precisos, la armonía... hay una danza matemática muy bella detrás de todo esto. Los que dicen cómo debe ser la música no son más que infelices y resentidos, que no tienen la capacidad de apertura mental como para recibir y conocer la belleza de cosas que no conocen. Casi parecido a cualquier sectario o fanático religioso... "si no lo entiendo, está mal"

Sin ir más lejos, uno de los más grandes místicos del siglo pasado, Osho, comenzó los estudios de matemática superior como su primer carrera universitaria, la que abandonó a causa de los profesores retrógradas y autoritarios que la dictaban. Él mismo habla de la belleza de la matemática. Pitágoras, uno de los primeros iniciados en los misterios de la existencia, fue un grandioso matemático, y de los primeros que se sabe que se zambulleron en el misterio de Pi y su significancia.

Hay muchas obras que tratan de ilustrar la significancia intrínseca de la matemática y lo loca que puede resultar cuando se la empieza a conocer de verdad. Entre otras puedo mencionar a El último teorema de Fermat, de Simon Sing, en literatura, y a Pi y a A beautiful mind como unas de las películas más geniales que vi en los últimos años. Sin querer ponerla a la altura de las mencionadas, me despido con un videito que muestra bastante bien cómo lo que estamos acostumbrados a hacer tan mecánicamente como una multiplicación en realidad tiene un significado "oculto":