Tuesday, September 26, 2006

Sheep

El otro día, charlando con una amiga, repasé unos cuantos pensamientos de hace tiempo, y se me ocurrió poner acá más o menos lo que salió:

Es notable ver cómo la gente insiste en mantener vigentes actitudes y formas retrógradas y ridículas. Pero más notable es la cuestión de cómo se condenan y reprimen las formas que escapan a lo normal. Y lo más curioso de todo es que por lo general la gente opina, condena y reprime sin considerar la posibilidad de que el acto en cuestión no sea un ataque, un desafío o una queja, sino simplemente una manera distinta de ser.

Desde el caso más pelotudo, como ser el que te miren como descalificándote por vestirte de forma "no aceptable" (es decir, distinto a lo que dicen Para Tí y Cosmopolitan) hasta el más extremo, como calificar de satánica y peligrosa una banda que hace música de protesta, y amenazar a sus miembros de no tocar en X lugar bajo riesgo de ser rechazados violentamente (el ejemplo ideal es el que muestran en Bowling for Columbine con Marilyn Manson y no sé qué asociación cristiana de no sé dónde).

Es como que no sólo nos enseñan a ser pelotudos, sino que además nos inculcan una forma bastante grotesca de asegurarnos que aquellos que se desvíen del "plan de estudios" reciban un pronto llamado de atención, sea cual fuera la forma de dicha advertencia. Algunos podrían decir que no es para tomarlo tan a la tremenda y que dichas normas son lo que hacen a la cultura y a las costumbres, que son cosas naturales. Bueno, podríamos aceptar eso y quedarnos ahí, pero prefiero cuestionar la "naturalidad" de dichas costumbres...

¿Quién o qué hace a dichas normas? O mejor dicho, ¿Cómo hacer para lograr que un montón de personas adopten una forma común no sólo de comportarse, sino también de reprimir a aquellos que no comparten dichas formas?

Por un lado te educan tus viejos, con valores y demás cosas que les fueron pasados a ellos por quien correspondió, tal vez un poco actualizados (pero por lo general no demasiado). Por otro lado tenés lo que te martillan en la escuela o similar sobre valores y demases. Y por un tercero y no menos importante, tenemos la caja boba. Sí, a veces cuando uno se pone a pensar en estas cosas deja de lado algo tan cotidiano como la tele, pero es uno de los mecanismos más poderosos de "programación" con los que cuenta el sistema (¿sabían que, por ley, si tienen que embargarte cosas para cubrir deudas, una de las pocas que deben dejarte es una televisión? Parece ser bastante importante para los que deciden qué poner en el aire que tengas sí o sí una tele).

Ok, entonces los mismos programados son los que se encargan de programar al resto... ok, seguro anda bien porque son expertos en tener los ojos cerrados.

A veces veo a la gente como un gran rebaño de ovejas donde todas hacen lo que hacen las demás... y si una se empieza a alejar del rebaño, las demás la putean, la condenan y son capaces de hasta matarla por desobedecer la "dirección" de la multitud. Es curioso el fuerte efecto que puede tener un sólo "rebelde" en una sociedad rígida. Una de las rebeliones más grandes de la historia fue la del rock & roll. Y es posta, fíjense cómo eran los jóvenes antes; calcos de la generación anterior. La primer generación que nación con el rock, que fue joven en los 60's, se fue inevitablemente al carajo. Hippies, drogas y la mar en coche. Y de ahí fue non-stop. Pero claro, como siempre el sistema tiene formas de "contener" a los rebeldes y de aprovechar lo que ellos consumen (MTV, anyone?).

"Si cuando ves algo que está mal te levantás y gritás pidiendo verdad en lugar de sangre, entonces eso es rock & roll"
Axl W. Rose


Y tal vez uno piensa... ¿Es posible que haya todo un interés detrás de esto o simplemente los humanos somos naturalmente pelotudos? Bueno, además de que conozco gente increíblemente inteligente, hay muchos otros indicadores de que las cosas están más cerca de la primera opción que de la segunda. Sin ir más lejos... todas las empresas, capitales y BLAH del mundo son de otras empresas y grupos económicos que son de OTROS grupos y así hasta que terminás siempre en 10 o 15 "familias" que son los dueños del mundo. ¿Y cómo hacen 15 tipos para controlar que todos nosotros seamos tan pelotudos como a ellos les conviene? La verdad, no hace falta que ellos se preocupen, el sistema ya autoperpetúa su propia imbecilidad; fue pensado demasiado bien hace demasiado tiempo. Y cuando aparece una oveja negra que puede llegar a hacerles temblar la estantería... bueno, hasta antes de las era de las telecomunicaciones, simplemente la hacían desaparecer. Hoy en día simplemente sobresaturan TODO de imitaciones de mierda para llenar de ruido su mensaje. Claro, no es lo mismo escuchar a un sabio sentado sólo con él que entre una muchedumbre de 100 giles que gritan verdura que se parece, en superficie, a lo que dice nuestro iluminado amigo. Es como más difícil. Con esto logran que el que está queriendo escuchar al sabio o bien desista antes de hallarlo, o bien cuando lo encuentre no sepa distinguirlo entre tanta basura que hay dando vueltas.

"Unos pocos no pueden controlar a unos muchos, pero unos pocos pueden condicionar a unos muchos para que se controlen entre sí."
David Icke


Qué fatídico todo, ¿no? Como diría Guille: "¿Y zi mejod la pateo?" Claro, porque a uno le agarran entonces ganas de hacer algo al respecto, de "luchar" o "cambiar el mundo" (vamos, no les creo que nunca les pasó de querer cambiar las cosas de forma zarpada).
Una vez hablé con un monje Zen:

- No puedo mantenerme impávido ante tanta mierda en el mundo. Quiero hacer algo porque las cosas cambien, pero no sé qué, ni sé cómo. Me siento impotente ante tanta basura.
- ¿Hacés música?
- Si
- Ya estás cambiando al mundo.


Creo que lo importante es mantener los ojos bien abiertos y no dejarse engañar por la gilada. Y mantenerse firme en lo que uno siente, luchar por los sueños y no dejarse acostumbrar por las boludeces de los demás. Sí saben cómo configurarnos la cabeza, pero no tienen forma de llegar a tocar nuestro espíritu. Cuando algo viene bien de adentro, podemos estar seguros que es la rebeldía, la verdadera forma natural del ser humano, diciéndonos qué hacer.

"Si estás a la deriva, es menester que sea Rock."
Norberto "Pappo" Napolitano

Monday, September 18, 2006

Límites




Todas las cosas que hacemos en nuestras vidas, ya las cotidianas, ya los proyectos a mediano y largo plazo, son las que hacen lo que somos nosotros; somos aquellas cosas que hacemos, la huella que dejamos, no así las cosas que decimos.

Es muy frecuente ver cómo las personas persisten en una y otra vez tener acciones o actitudes que contradicen rotundamente aquellos conceptos o posturas que exponen en sus discursos o que sostienen fervientemente como sus convicciones. Vemos una y otra vez al recto y justo aprovecharse de otro que no es tan lúcido para obtener un beneficio mayor. Vemos al cultista del cuerpo y la salud consumir sustancias inequívocamente dañinas para el organismo, vemos al político de derecha escribir con la izquierda y a la Iglesia fomentar la intolerancia y el odio.

Entonces, el recto no es tan recto, porque a pesar de tener un proyecto transparente y honesto, es capaz de aventajar a un “pelotudo”, justificándose con que si él no caga, lo cagan a él. Y el sano no es tan sano, porque comer verdura al horno al mediodía y hacer gimnasia por la tarde no vale una mierda cuando por la noche se clava tres fernés, una grapa, medio porro, quince cigarrillos rubios y tres, sin mencionar la cafiaspirina diluida en ellas, bebidas energizantes, no vaya a ser cosa que el sueño nos arruine la noche...

El error, la inconsistencia, ¿dónde está? ¿En la voluntad de la persona? ¿En el condicionamiento socio-cultural? ¿En la heladera? No, la equivocación reside en creer que una persona puede ser tan poco como un juego de convicciones o parámetros. Lo inadecuado es creer que puede existir una persona “recta”, “sana”, “buena”, “garca”, etc.

Las personas son eso, personas, con sus mambos, rayes, idas y venidas. Van y vienen a tientas por el mundo, con ojos vendados, sin saber qué les pasa por dentro, sin tener en claro qué quieren, ni qué buscan, ni qué les gusta, ni en qué creen, ni qué golosina prefieren. Hasta la persona más segura de sí misma puede un día levantarse con un antojo contrario a sus hábitos. Y por lo general es esta gente la más triste, porque lo más probable es que ignore o rechace su nuevo deseo porque sus parámetros dicen que no es correcto/adecuado/etc. Una persona con menos autocensura probablemente cuente con un rango más rico de experiencias del cual aprender y posteriormente compartir.

Siendo así, tan volátiles como somos los humanos, ¿existe una manera de conocer a álguien? ¿Hay forma de llegar a comprender un poco a otra persona y poder relacionarse genuinamente con ella? La pregunta que hay que hacerse es si es posible conocerse a uno mismo. ¿Cómo vamos a tener una idea de quiénes somos si ni siquiera somos capaces de tener en claro qué queremos?

Relajémonos... lo que somos está ahí nomás, justo frente a nosotros... y el único límite que hay entre uno y sí mismo es lo que uno cree que uno es...



Y si te mezclaste con eso último que puse... releelo... o jodete ajajjaja